“Un zorro vio a un dios acercarse a un árbol encantado, ¡!era un Toborochi!!, cuyo tronco
hinchado estaba lleno de agua y vida. El dios abrió el tronco y permitió que el agua fluyera y con ellos los peces volaran afuera del tronco; Luego lo cerró cuidadosamente y recogió todos los peces que habían salido del agua.
El zorro trató de imitar la hazaña del dios, salvo que el zorro fue irresponsable y olvidó cerrar el tronco, el agua se desperdició y saco más peces de los que podía comer. A veces el zorro permitía que salieran muchos peces, pero sólo se llevaba unos cuantos y
desperdiciaba el resto. Así, cada año que el zorro abra el árbol, derroche el agua y mate a los peces por diversión y no por necesidad, el pescado será escaso y el Parapetí estará
seco”.
Leyenda indígena de las comunidades Guaraní
en la región del Chaco boliviano